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¡Me gané la lotería!

Actualizado: 24 may 2022

Son las 10:00 de la mañana y con seguridad puedo decir que este ha sido y será uno de los días más felices de mi vida.

Siento que me gané la lotería. Una alineación divina, como si todo hiciera click, como si estuviera flotando. Literalmente existiendo con los cinco sentidos agudizados. Alerta de lo que está a mi alrededor, viendo, escuchando y sintiendo con una capa de piel muy delgadita; piel de gallina, pelos de punta.


He aprendido, y estoy aprendiendo todos los días, a vivir cada paso que doy como el gran logro de mi vida y esa forma que he adoptado de celebrar, apreciar y reflexionar sobre cada cosa por más chiquita que sea me parece del carajo. Veo a los amigos como amores de la vida, mi casa como mi lugar sagrado, las casualidades de la vida como evidencia de magia y de cada cosita que hago, celebro una gran victoria.


Como una vez me dijo mi papá, "¿no te estarás volviendo como muy trascendental?" y pues, ¡sí!; y me gozo ser así. Me disfruto las conversaciones profundas, filosofar sobre la vida, cuestionarme cosas a las que sé que nunca les encontraré respuesta, las realizaciones de la vida, los momentos de "ahhhhhh, ya lo entendí todo" y morirme de la risa analizando las películas que me arma en mi cabeza. Es como si me saliera de mi propio cuerpo y me miro desde afuera; como un gran director de orquesta que es capaz de coordinar y maniobrar a su manera diferentes matices, vibraciones y sonidos que se componen en una melodía perfecta. En fin, es gozarme la historia que cuento y que me estoy contando y al tiempo, ¡ajustarla a mi manera!.


Es muy bacano poder hacer eso; si no lo has hecho, inténtalo. Cuéntate la historia de tu vida y mira a ver qué sale. Desde que naciste hasta el momento en el que estás hoy, aquí, leyendo esto. Narra tus tropiezos y tus victorias, cada paso, el colegio, la universidad, el trabajo que conseguiste, el novio o novia que te dejó y la tusa que superaste, el esposo o esposa que coronaste, la casa que compraste, la deuda que sacaste, con los amigos que peleaste, los errores que cometiste, y los triunfos que lograste y mira lo bacana que puede resultar la historia, eso sí, si antes la conoces bien. Y cuéntatela como es, no como todos la ven, si no como tú la has vivido y ahí, cuestiónatela; date cuenta de la forma en la que te criaron, el entorno en el que creciste, lo que aprendiste en él, lo que te gustaba de chiquito que ya no y lo que ahora haces o te encanta que nunca te imaginaste. Date ese regalo y mira lo lejos que has llegado.


Siendo fiel a mi historia y a la manera en la que me gusta echarme el cuento, ¡hoy celebro y comparto un nuevo paso!. Hoy empiezo una nueva aventura; arranco un viaje con un tiquete de ida y sin fecha de regreso, con un maletín en la espalda y si bien lleno, no pesado.


Luego contaré mucho más detalle y seguro de aquí saldrán muchas muchas historias. Por lo pronto abajo les comparto una carta a mi familia que, de una forma u otra, se han piloteado este viaje conmigo (se las mandé por WhatsApp).


A mis lectores, los quieeeero, le dan sentido a mis escritos y a este arte que tanto disfruto. Perdonen la gramática y ortografía de este post, fue a la carrera; de verdad, ¡uno de los días más felices de mi vida!


Confirmo nuevamente, ¡me gané la lotería!.


Con amor,

Isabella


Una carta a mi familia:

[10:02 a. m., 21/1/2022] Isabella: Familiaaaa mía, ya voy a abordar. No saben la felicidad que siento en el cuerpo; de esas decisiones que uno sabe que son la correcta, y no porque lo crea si no porque así se siente.


Siento que el corazón literalmente no me cabe en el cuerpo; está hinchado, está grande, está lleno. Mi corazón está completo, estoy completa.


Hace más de 2 años tomé la decisión de renunciar a Procter y con esa decisión, surgió una ilusión de volar y viajar por el mundo. Ahora entiendo que, en su momento, lo hacía por las razones incorrectas, escapar una realidad que no me gustaba.


Hoy, es diferente. Hoy me encanta en donde estoy. Hoy me enorgullece quien soy. Hoy valoro lo que tengo. Hoy se pueden caer todos mis planes que puedo regresar con una sonrisa igual de feliz a mi casa, a Comarrico, a todo lo que tengo hoy y volver a empezar de cero y creo que ahí está la verdadera magia: soñar, amando en donde ya estás.


Soñar, valorando lo que ya tienes. Soñar, siendo quien ya tú eres. Y bueno, he llegado aquí después de mucho trabajo interno, de preguntarme y cuestionarme cosas de mí, de entender las diferentes historias y formas de ver la vida, de muchísimo amor y reconocimiento propio, y también, mucho amor y apoyo de ustedes.


Son mi red y eso es de lo más valioso que tengo. Cuando logramos ver las cosas por lo que son, sin resentimientos, sin dolor, sin juicios, sin crítica el mundo empieza a cambiar y hoy los veo a cada uno de ustedes por lo que son: mi familia y esa palabra lo dice todo.


Me aseguraré que vivan mi viaje a través de mis letras, compartiré mis emociones y sentimientos y quizá con ello logre inspirarlos a mirar aún más hacia adentro, a trabajar esos bloqueos, heridas y etiquetas que no dejan fluir, ser, ni vivir y a ver la vida tal cuál y como es: perfecta.


Familia mía, estoy decidida a cambiar el mundo, una persona a la vez, y ese mundo empieza por el mío propio.


LOS ADORO CON MI CORAZÓN, ¡me los llevo a cada uno de ustedes aquí conmigo!


No me la creo, les juro que no me cabe la felicidad en el cuerpo. Y bueno, aquí empiezo yo, un LIBRE CAMINANTE.


01.21.22




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