¿De qué me hago cargo?
- Isabella
- 11 nov 2021
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 31 ene 2022
A propósito del 11:11 de hoy (día 11 del mes 11) una reflexión.

Muchas veces no entendemos por qué nos toca vivir lo que vivimos, por qué tenemos lo que tenemos o esa forma curiosa y misteriosa en la que baila la vida. Esas vueltas que da, esos giros inesperados, esas tormentas y huracanes que te destruyen tu mundo, te quitan tu piso y que en un abrir y cerrar de ojos, te cambian todo.
Por mucho tiempo me cuestioné (y todavía me cuestiono) todas esas incertidumbres que vienen por default con la vida pero antes, lo hacía desde un lugar en el que trataba de encontrar culpables y en el que me daba palo por no entender lo inentendible y ahora, afortunadamente, lo veo diferente...
Cada quien tiene una historia de vida diferente; diferentes vivencias, experiencias y formas de ver y asumir la vida e, incluso, por mas que dos personas hayan vivido lo mismo, la experiencia de lo vivido, es totalmente diferente y a la hora de la verdad, lo único que importa es como TÚ lo vives. Lo importante es validar tus sentimientos, tus emociones y darles el espacio y el tiempo que se merecen porque cada quien tiene una experiencia distinta y solo tú sabes lo que esa experiencia significa para ti. Y también, depende, exclusiva y únicamente de ti, lo que haces con ello.
La realidad, cruda realidad, es que somos responsables de nuestra propia vida y más allá de lo que vivimos, de CÓMO lo vivimos. La vida nos pone pruebas, a veces tentaciones, experiencias o decisiones que nos lleva a lugares muy oscuros. De un momento a otro, nos lleva a huecos profundos, tan hondos que parece imposible ver la luz; huecos llenos de miedos, de confusión, de preguntas, de misterio; huecos sin salida y a veces, huecos que parecen eternos.
Y sí, no es justo.
No es justo y quizá nunca vaya a ser justo; la vida, muchas veces, no es justa y tampoco, la verdad, tiene por qué serlo porque todo lo que pasa, suene cliché o no, pasa por algo y como me dice siempre una de mis mejores amigas, los puntos se juntan mirando hacia atrás.
Hace poco una amiga puso una frase con la que me sentí identificada “esta semana será increíble, porque peor que la pasada no puede ser” y así también, es la vida. Caemos en vacíos, en hoyos negros; nos estrellamos contra la pared, nos ahogamos dentro de nosotros mismos, nos perdemos en huracanes y maremotos que parecen infinitos pero son en esos huracanes, que sacamos lo mejor de nosotros porque, si no saca lo mejor de nosotros, no hay forma de salir de ahí. Y de alguna manera, una vez tocamos fondo, no queda otra que mirar hacia arriba.
Puede que estés pasando por un momento muy muy oscuro, pero te aseguro, vas a a salir de ahí, pero la única manera de hacerlo es HACIENDOTE CARGO. Si tienes un problema, lo vas a solucionar pero tienes que hacerte cargo; si estás en una situación que no te gusta, lo vas a solucionar pero tienes que hacerte cargo; si quieres algo y no lo consigues, lo vas a conseguir pero… sí, tienes que hacerte cargo.
Nadie más hará por ti el trabajo duro: sanar, explorar, indagar. Es un camino duro enfrentarse a la oscuridad, afrontar los traumas, cuestionarse y dudar de las creencias que toda una vida has creído pero a su vez también, es la única manera de ver la luz. Es duro enfrentarse a las cosas que quieres y, por razones ajenas a ti, no tenerlas o también, tener sueños muy grandes, y una vez enfrente tuyo, no quererlos o dejarlos ir por miedo.
Y cualquier que sea el caso, de igual forma la responsabilidad cae en cada quién. Somos responsables de conocer nuestra oscuridad, los patrones de pensamiento, emociones y comportamiento para así poder TRASCENDERLOS. Somos responsables de conectarnos con nuestros sueños, nuestras ambiciones y anhelos para así poder ALCANZARLOS. Somos responsables de silenciar el ruido, sanar las heridas y ser los dueños de nuestra propia vida. No basta con querer algo para tenerlo, es necesario salir ACTIVAMENTE a buscarlo para, al menos, contar con la oportunidad de conseguirlo.
Cuando mires hacía atrás, ¿qué quieres ver?; alguien que se lamentó toda la vida por lo poco que tuvo, o alguien que a pesar a lo poco que tuvo, vivió la vida que quizo. ¿Te refugias en miedo?, ¿En el “no puedo”?, ¿En el “no merezco”?, ¿En el “no soy suficiente”?. Porque te digo algo, sí puedes, sí mereces y sí eres suficiente pero para ello debes llenarte de fuerza para seguir, a pesar de todo, caminando hacia adelante.
Somos responsables de nuestra vida; y con esa responsabilidad a su vez, viene la responsabilidad de asumir lo que nos tocó vivir. Es duro escucharlo, he estado ahí y todavía me cuesta decírmelo porque son muchos los días en los que yo misma caígo en esos papeles de víctima, de pobrecita yo, es que así yo no puedo; deseando y pidiendo que alguien me salve, que las cosas sean diferentes, cuando la única que se puede salvar y la única que debe ser diferente, soy yo.
La mayoría de las veces no podemos cambiar nuestra realidad, al menos no tan rápido y tan simple como quisiéramos, pero lo que sí podemos cambiar, día a día, es la forma en la que te enfrentas a ella; puede que no puedas cambiar tu realidad pero siempre habrá la manera de transformarla y para ello, el primer paso es decidir hacerlo.
En mi opinión, las opciones son claras: o asumes TU REALIDAD (porque es tuya y de nadie más) y la transformas o te quedas donde estás. Y ojo, escoger esta segunda opción también es valida; personalmente la he elegido muchísimas veces pero ese camino, tampoco es fácil, ninguno lo es, y si bien al principio puede sentirse cómodo y conocido, eventualmente cansa, agota y frustra y la recompensa es completamente nula.
Pregúntate, ¿cuál es la historia que te estás contando de tu realidad?
Usa tus excusas como razones y mentalízate que las cosas son como tú quieres que seas; tú y nadie más que tú, juzga y califica las experiencias vivida, entonces, ¿por qué no hacerlo de la mejor manera posible?. Eso tan horrible que te pasó puede ser el culpable de estar donde estás, o, también, gracias a eso tan horrible que te pasó estás donde estás; el cuento cambia según el cuentero.
En donde sea que estes en este momento, te aseguro que hay algo de luz. Hay triunfos, hay magia, hay bendiciones, hay fortuna, hay poder, pero a veces es cuestión de sacudir el polvo, organizar la casa y darse cuenta que están ahí. Ya con solo estar leyendo esto, estás vivo y eso es un GRAN avance; estás vivo y por ende, eres.
Mira dónde estás hoy, mira lo que tienes, mira lo que has logrado; voltéate y date cuenta del camino recorrido; reconócelo, abrázalo y si es el caso, perdónalo. Utiliza esa responsabilidad y esas ganas de hacerte cargo para conseguir lo que quieres. Cuestiónate si estás donde quieres estar y si la respuesta es no, ¿qué estás haciendo, en este momento, para llegar a ese lugar? O nos quejamos de lo que tenemos o nos hacernos responsables de lo que tenemos y de lo que está por venir.
¿tengo eso que quiero?
¿cómo me hago responsable de ello?
¿cómo depende de mi el resultado?
¿estoy dispuesto a pagar el precio para conseguirlo?
ESAS son las preguntas.
También pasa que muchas veces deseamos cosas por las que no estamos dispuestos a pagar el precio necesario a pagar y ahí, es donde entran las frustraciones. Pasa tus deseos por el filtro de la realidad, el famoso Reality Check y mira a ver si eso que deseas es posible dado tu escenario actual. ¿Qué tengo?, ¿qué quiero?, y ¿qué tengo que hacer para conseguirlo? y ahora, ¿estoy dispuesto a hacerlo? Si la respuesta es sí, pa´lante; si la respuesta, por el contrario, es no, cambia de deseo porque no basta con querer algo para conseguirlo; tienes que DECIDIR quererlo y así, crear un sistema para conseguirlo y esto, siempre, ajustado a TU realidad.
Podemos desear y soñar todo lo que queramos pero siempre hay que pasarlo por el filtro de la realidad y determinar dentro de nuestras condiciones, situaciones y capacidades actuales qué está en tu poder para lograrlo. No porque compres el Baloto te lo vas a ganar, pero el primer paso para ganártelo sí es comprarlo.
Todos tenemos patrones negativos, resistencias, traumas, heridas, creencias limitantes y miles de razones (o, ¿excusas?) para quedarnos donde estamos PERO, se puede salir de ahí. Y, ¿cómo se hace?; haciéndose cargo, haciéndose RESPONSABLE. Asumiendo la vida que te tocó vivir y asumiéndola con ojos de amor, gratitud y esperanza. Amor por la vida, gratitud por lo vivido y esperanza por lo que se está por vivir.
Debemos disfrutar lo que hay hoy; lo que tenemos en este preciso y único momento y soltar la idea de que cuando tengamos lo que quiero ahí sí es que voy a disfrutar, porque ya con lo que tienes hoy es suficiente. Ya con llegar hasta donde has llegado, es suficiente para disfrutar el camino recorrido; para mirar atrás y decir, wao que lejos he llegado.
Tú decides cómo miras las experiencias que te tocó vivir, si desde el rol de víctima o desde la maestría de encargarte de lo que te tocó vivir; la decisión depende de ti. Y si bien, a veces no es fácil verlo de la segura manera, bueno, ¿entonces qué vas a hacer para poder verlo así? y eso es, sanar; sanar lo que sea que haya que sanar. Y si bien no es fácil, es el único camino para salir del hueco; requiere ganas, requiere energía, requiere fuerza de voluntad, y hasta a veces, toca comer mierda un rato, pero sí es posible; sí se puede.
Pregúntate qué necesitas para lograrlo y busca ayuda para hacerlo, no estamos solos y no tenemos que lidiar con las cosas solos. Busca terapia, recursos, apoyo, compañía, amor, ánimos, conexión, esperanza. Busca esa palmadita en la espalda, ese pedacito de luz que te acompañe en este camino y en especial, búscalo dentro de ti porque ahí casi siempre están las respuestas.
Re-comprometete con ese proyecto y ese gran propósito todos los días en cada momento; y no te vayas muy lejos, ese gran propósito es tu vida misma. Desarrolla convicción alrededor de eso que quieres y sal a buscarlo y que lo que por mucho tiempo ha sido una excusa, ahora sea la razón de. Ya has llegado muy lejos, ya has pasado por bastante, pero todavía hay un largo camino por recorrer, y de ese camino tú eres el responsable; nadie más.
Mientras tu vivas tu vida, lo que es para ti te va a encontrar pero primero pregúntate, ¿cuál es la vida que eliges para ti? ¿cuál es la historia que te vas a contar?
El proceso de cambio empieza con UNA decisión.
Hoy, YO me hago responsable de mi vida porque lo que me tocó vivir no depende de mí, pero la manera en la que vivo y lo re-vivo, sí y día tras día, decisión tras decisión, con las subidas y las bajadas (porque uffff si que hay bajadas), decido tener y crear la vida que quiero.
Todos tenemos una historia que contar, ¿cuál va a ser la tuya?
Con amor,
Isabella.
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